Espacios de aprendizaje:
Cómo configurarlos para que se adapten a los propósitos de la clase
Por Isabel Eraso Cantor
Al preguntarnos ¿qué es un espacio de aprendizaje? es bastante común que se nos venga a la mente una universidad, un instituto, aulas de clase o cualquier tipo de espacio académico tradicional; sin embargo, cuando nos referimos a un espacio de aprendizaje, es importante comprender que este es mucho más que un sitio dentro de una institución educativa, aunque sea en estas donde se encuentren concentrados la mayor parte de los espacios de aprendizaje.
Un espacio de aprendizaje es un lugar en donde se construye el conocimiento y confluyen diferentes tipos de personas y roles, tales como: enseñantes, aprendientes, expositores, entre otros. Estos espacios cuentan con unas características específicas, que no siempre son las ideales para un óptimo aprendizaje en el contexto específico. Un aspecto de esto, es que, en un aula de aprendizaje tradicional, la organización siempre es la misma; el profesor frente a los estudiantes, al lado del tablero, mientras que estos están organizados en filas rectas y ordenadas. Lo que lleva a que el espacio no se transforme y no es fácilmente adaptable para los diferentes propósitos y objetivos orientadores del curso. Claramente, hay espacios que tienen que ser de cierta forma, cómo un laboratorio de química o biología, pero hay otros espacios que aportan más al aprendizaje cuando pueden ser dispuestos y moldeados de acuerdo con el curso en proceso.
Un espacio de aprendizaje es un lugar en donde se construye el conocimiento y confluyen diferentes tipos de personas y roles, tales como: enseñantes, aprendientes, expositores, entre otros. Estos espacios cuentan con unas características específicas, que no siempre son las ideales para un óptimo aprendizaje en el contexto específico. Un aspecto de esto, es que, en un aula de aprendizaje tradicional, la organización siempre es la misma; el profesor frente a los estudiantes, al lado del tablero, mientras que estos están organizados en filas rectas y ordenadas. Lo que lleva a que el espacio no se transforme y no es fácilmente adaptable para los diferentes propósitos y objetivos orientadores del curso. Claramente, hay espacios que tienen que ser de cierta forma, cómo un laboratorio de química o biología, pero hay otros espacios que aportan más al aprendizaje cuando pueden ser dispuestos y moldeados de acuerdo con el curso en proceso.
Un espacio de aprendizaje es un lugar en donde se construye el conocimiento y confluyen diferentes tipos de personas y roles, tales como: enseñantes, aprendientes, expositores, entre otros. Estos espacios cuentan con unas características específicas, que no siempre son las ideales para un óptimo aprendizaje en el contexto específico. Un aspecto de esto, es que, en un aula de aprendizaje tradicional, la organización siempre es la misma; el profesor frente a los estudiantes, al lado del tablero, mientras que estos están organizados en filas rectas y ordenadas. Lo que lleva a que el espacio no se transforme y no es fácilmente adaptable para los diferentes propósitos y objetivos orientadores del curso. Claramente, hay espacios que tienen que ser de cierta forma, cómo un laboratorio de química o biología, pero hay otros espacios que aportan más al aprendizaje cuando pueden ser dispuestos y moldeados de acuerdo con el curso en proceso.
David Starr-Glass (2019) plantea una visión del espacio de aprendizaje mucho más activa e intencionada, en donde el enseñante o facilitador diseña el espacio no con el motivo de facilitar la forma en que este enseña, sino para motivar a los estudiantes a comprometerse con su propio aprendizaje y que sean ellos mismos los que usen este espacio para crear y ampliar su propio ambiente de aprendizaje, aprovechándolo para lograr un aprendizaje significativo.
Ahora bien, a la hora de implementar o facilitar un espacio de aprendizaje, es importante que cuente con unas características que permitan una adaptabilidad del espacio en su contexto y objetivo específico. En primer lugar, que sea flexible, lo que se refiere a la capacidad del espacio frente a los cambios e imprevistos demográficos, actividades y a las diferentes necesidades de la comunidad (Monahan, 2002). En segundo lugar, que sea un espacio confortable y atractivo en donde las personas que lo habiten se sientan cómodas. Con buena disponibilidad de los materiales necesarios para el aprendizaje y conectividad óptima de ser necesaria. En tercer lugar, debe ser un lugar ordenado, de fácil acceso, además de ser amplio, que permita un ambiente fresco, facilitando la movilidad y el flujo de las personas en el lugar. Terminando, con ser un lugar seguro, que brinde bienestar físico y mental a todos los involucrados.
Para lograr aprovechar al máximo un espacio de aprendizaje y cuando no se cuenta con la posibilidad de construir uno adaptado a las necesidades, es importante reconocer sus potencialidades y así poder utilizar, transformar, adaptar el lugar de la mejor forma posible. También es pertinente conocer las diferentes configuraciones que se pueden llevar a cabo. Para ilustrar esto, a continuación, se expondrán algunas configuraciones expuestas por Larry MacPhee (2009) en su artículo Learning Spaces: A Tutorial que son posibles de realizar en un aula de clase.
David Starr-Glass (2019) plantea una visión del espacio de aprendizaje mucho más activa e intencionada, en donde el enseñante o facilitador diseña el espacio no con el motivo de facilitar la forma en que este enseña, sino para motivar a los estudiantes a comprometerse con su propio aprendizaje y que sean ellos mismos los que usen este espacio para crear y ampliar su propio ambiente de aprendizaje, aprovechándolo para lograr un aprendizaje significativo.
Ahora bien, a la hora de implementar o facilitar un espacio de aprendizaje, es importante que cuente con unas características que permitan una adaptabilidad del espacio en su contexto y objetivo específico. En primer lugar, que sea flexible, lo que se refiere a la capacidad del espacio frente a los cambios e imprevistos demográficos, actividades y a las diferentes necesidades de la comunidad (Monahan, 2002). En segundo lugar, que sea un espacio confortable y atractivo en donde las personas que lo habiten se sientan cómodas. Con buena disponibilidad de los materiales necesarios para el aprendizaje y conectividad óptima de ser necesaria. En tercer lugar, debe ser un lugar ordenado, de fácil acceso, además de ser amplio, que permita un ambiente fresco, facilitando la movilidad y el flujo de las personas en el lugar. Terminando, con ser un lugar seguro, que brinde bienestar físico y mental a todos los involucrados.
Para lograr aprovechar al máximo un espacio de aprendizaje y cuando no se cuenta con la posibilidad de construir uno adaptado a las necesidades, es importante reconocer sus potencialidades y así poder utilizar, transformar, adaptar el lugar de la mejor forma posible. También es pertinente conocer las diferentes configuraciones que se pueden llevar a cabo. Para ilustrar esto, a continuación, se expondrán algunas configuraciones expuestas por Larry MacPhee (2009) en su artículo Learning Spaces: A Tutorial que son posibles de realizar en un aula de clase.
Esta primera configuración es muy parecida al aula tradicional, con la diferencia de que el docente se ubica en la parte de atrás del espacio. Esto permite hacer énfasis en el lo que se transmite en la pantalla y puede permitir otro ambiente y dinámicas que no pongan al docente como el centro del conocimiento
Esta segunda configuración es ideal para enseñar aplicaciones informáticas porque el docente puede llegar de forma fácil a cada estudiante. Las sillas se pueden girar alrededor de la mesa, lo que permite mayor movilidad.
Esta tercera configuración está asociada con una sala de conferencias. Permite un contacto visual entre todos los participantes, lo que permite trabajar en grupos o pensar en conjunto frente a un determinado tema. Por otro lado, hace que sea un poco más difícil ver la pantalla, pero permite colocar diversas máquinas en un espacio reducido.
Esta cuarta configuración, se denomina Pods, los que también son llamados como laboratorio abierto. Estos cuentan con un diseño donde se realiza el trabajo independiente o en pequeños grupos porque es difícil ver lo que está en la pantalla de otra persona mientras está sentado. Por lo que se potencializa el diálogo entre los grupos.
Todas estas configuraciones se observan con el mobiliario necesario, pero también pueden ser realizadas con los pupitres disponibles en el lugar, lo que permite que orienten estas nuevas formas de disponer el espacio.
Finalmente, es importante reconocer las potencialidades y falencias de los diferentes espacios de aprendizaje y así lograr hacer el mejor uso de cada uno de estos frente a los objetivos y metas trazadas. Logrando así, adecuar el espacio y reorganizar el mobiliario dependiendo de la necesidad. Todo el tiempo, teniendo presente las características previamente expuestas, siendo claro que la diversidad, adaptabilidad y movilidad del espacio son esenciales para las diferentes instituciones educativas.
Finalmente, es importante reconocer las potencialidades y falencias de los diferentes espacios de aprendizaje y así lograr hacer el mejor uso de cada uno de estos frente a los objetivos y metas trazadas. Logrando así, adecuar el espacio y reorganizar el mobiliario dependiendo de la necesidad. Todo el tiempo, teniendo presente las características previamente expuestas, siendo claro que la diversidad, adaptabilidad y movilidad del espacio son esenciales para las diferentes instituciones educativas.
Referencias Bibliográficas
Monahan, Torin. 2002. "Flexible Space & Built Pedagogy: Emerging IT Embodiments." Inventio 4 (1): 1-19.
Starr-Glass, D. (2019). Culturally responsive pedagogy, national culture, and online instruction: Leading to learning. In Care and Culturally Responsive Pedagogy in Online Settings (pp. 89-108). IGI Global.
MacPhee, L. (2009, 26 marzo). Learning Spaces: A Tutorial. EDUCAUSE. https://er.educause.edu/articles/2009/3/learning-spaces-a-tutorial
NorvaNivel. (2022, 24 febrero). The Power of Color in a Learning Environment. NorvaNivel US. https://norvanivel.com/the-power-of-color-in-a-learning-environment/
Terada, Y. (2018, 24 octubre). Dos and Don’ts of Classroom Decorations. edutopia. https://www.edutopia.org/article/dos-and-donts-classroom-decorations
J. Milne, A. (2006). Chapter 11. Designing Blended Learning Space to the Student Experience. EDUCAUSE. Recuperado 12 de enero de 2022, de https://www.educause.edu/research-and-publications/books/learning-spaces/chapter-11-designing-blended-learning-space-student-experience
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